Cuando se habla de deportes no sólo hablamos de la disciplina deportiva en sí misma sino también del lugar en donde ésta se desarrolla. Los espacios deportivos son tan importantes como los deportes que en ellos se practican, es por esto que deben reunir una gran cantidad de condiciones para cumplir con los requerimientos que cada disciplina exige. El césped sintético es un producto que contribuye con estos fines.
En el fútbol, primer deporte con mayor cantidad de canchas en el país, la mayoría en Santiago de Chile, el estado de la cancha tiene un gran impacto en el desenvolvimiento del juego. El tipo de pasto es fundamental, ya sea natural o sintético, tanto para el fútbol como para muchos otros deportes.
El césped sintético ofrece una serie de ventajas sobre el pasto natural, sobre todo cuando está pensado para cubrir espacios deportivos. Algunas de las virtudes del pasto sintético en relación al fútbol son:
La hierba natural permite jugar un aproximado de 250 horas de media por temporada, mientras que el césped artificial permite jugar siempre.
El césped natural requiere un mantenimiento y renovación frecuentes, con una importante inversión de tiempo y dinero. El mantenimiento del pasto sintético es sencillo, económico y menos exigente.
El césped sintético es amigable con el planeta al no requerir de agua para el riego ni el uso de químicos.
En épocas de lluvia no tendrá que lidiar con los encharcamientos típicos del césped natural pues la alta capacidad de drenaje del pasto sintético evita este problema y resiste a los más severos climas.
El césped sintético es antideslizante por lo que es ideal para la práctica de muchas disciplinas deportivas, especialmente para el fútbol.