Durante mucho tiempo se ha defendido el uso del pasto natural, enfrentándolo a la artificiosidad del césped sintético. Sucedía entonces que muchos creían que la hierba natural era la ideal para mantener el equilibrio medioambiental, sin embargo, esta consideración respondía a datos incompletos, que no expresaban con veracidad las características del césped sintético, ni la manera en que este producto interactúa con la ecología cuando es instalado en espacios públicos o privados.
Para aclarar este punto basta con mencionar, a favor del pasto sintético, que si bien el balance que arrojan los estudios sobre el pasto natural en relación a la captura de CO2, es un punto a favor de la hierba real, el balance final es absolutamente catastrófico para este tipo de superficies vegetales.
La razón fundamental de que estos estudios científicos demuestren que la emisión de CO2 del pasto natural es superior a la de su captura, no está en la hierba en sí misma, sino en las prácticas asociadas a su mantenimiento y conservación.
El uso de maquinarias para el secado del pasto real, y los químicos utilizados frecuentemente para mantener en óptimas condiciones dicha hierba, hacen de esta la opción menos recomendable si se desea utilizar un producto ecológico, mientras que el césped sintético de Chile no demanda de grandes inversiones de tiempo, recursos y dinero en relación a su mantenimiento, lo que hace de este tipo de superficies una opción rentable y más amigable con el planeta.
El césped natural produce mayores emisiones de gases de efecto invernadero que el pasto sintético,esto es debido al consumo energético de combustibles fósiles, que demandan las maquinarias usadas en el pasto real para su mantenimiento y secado.
El uso de fertilizantes nitrogenados, pesticidas y demás productos químicos utilizados para eliminar plagas y malas hierbas, tienen un efecto nefasto para el medio ambiente. No podemos obviar el hecho de que estos productos emiten gases tóxicos, y que sus desechos contaminan el agua y los suelos.
Mantener el pasto natural implica la pérdida de millones de litros de agua, ya que estas cubiertas requieren de mucho riego para que se conserven verdes y parejas, sobre todo en verano y en lugares cuyo clima es seco y árido.
Por su parte, la capacidad de la hierba natural para generar oxígeno y captar más gases de efecto invernadero, es mermada por las constantes replantaciones que sufren estos pastos para evitar la desmejora de su imagen y su funcionalidad.
Por ello el pasto sintético es la alternativa ideal para contribuir con el cuidado del planeta y sus recursos. El césped sintético de Chile no requiere agua para el riego, ni fertilizantes, ni pesticidas. Tampoco es necesaria la utilización de maquinarias para el secado, ya que el césped sintético posee un eficaz sistema de drenaje.
Ofrecemos un producto ecológico de gran calidad. Atendemos a lo largo de todo Chile: Arica, San Carlos, Viña del Mar, Melipilla, Buin, Santiago, Calama, San Felipe, Punta Arenas y demás regiones del territorio nacional.