Actualmente, el pasto sintético es la superficie más empleada en Chile, sobre todo cuando de canchas deportivas se trata. Claro que durante años se utilizó mucho el pasto verdadero, pero tanto los atletas como los propietarios de las canchas y estadios se dieron cuenta, de que en un país como el nuestro es realmente un problema el uso del pasto real en las canchas deportivas.

Por una parte, el pasto verdadero exige un fuerte gasto de mantenimiento que se traduce en una gran inversión de dinero y de tiempo. Al pasto sintético no hay que regarlo jamás, ni podarlo, tampoco hay que agregarle pesticidas, su mantenimiento resulta tan sencillo y rápido, que solo será necesario barrerlo de vez en cuando para retirar los residuos de su superficie.

Otro factor importante a la hora de evaluar la conveniencia de un pasto artificial en contraposición a uno verdadera, es la capacidad que tiene el pasto sintético de permanecer verde y “frondoso” sin necesidad de que le incida el sol. El pasto real necesita de mucha luz solar, de manera que si no hay un buen sol o si la cancha está bajo techo, el instalar un césped verdadero resultaría una pésima idea. El césped sintético por su parte, no requiere de sol, inclusive puede instalado en canchas bajo techo o en áreas residenciales interiores, negocios o gimnasios techados, debido a que este tipo de cubiertas no requiere de la luz solar.

El pasto artificial no soporta el frio extremo mucho menos las nevadas, por lo que este tipo de superficies no resulta ser una buena idea en países como Chile, donde imperan las cuatro estaciones y con ellas los inviernos más fríos. El césped sintético no se altera con las nevadas y sus fibras permanecerán intactas incluso bajo la nieve. Es sabido que se han jugado importantes partidos de fútbol muy atractivos, en los cuales los espectadores han podido disfrutar del efecto del verde con el blanco de una nevada copiosa.

El pasto artificial es muy confortable, su textura mullida amortigua perfectamente las caídas que sufren los jugadores, así como las de los chicos cuando este tipo de cubiertas son instaladas en una guardería o en un parque infantil.

El pasto real suele atraer insectos y en ocasiones producir comezón y alergias en los usuarios. El césped sintético no alberga ningún tipo de insectos, además, es un material hipoalergénico, 100% libre de metales pesados y de sustancias tóxicas, de manera que las personas podrán tener un contacto continuo con estas superficies, sin que se vea afectada en lo más mínimo su salud.

El pasto real implica un atentado contra la ecología del planeta, no solo por el gasto en agua que demanda el mismo, sino también por el uso de sustancias pesticidas y maquinarias, que deben ser empleadas cuando se tiene una superficie cubierta por pasto real en lugar de un pasto sintético.

 

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